Por tercer año consecutivo, el Centro de Estudios Financieros (CEF) -junto con la Federación de Jóvenes Investigadores- presenta el estudio Innovacef. Según el informe, el sistema I+D+I español suspende un año más. Los jóvenes investigadores le otorgan una valoración de 4,3 puntos sobre 10. En contraste, los que investigan en el extranjero han dado una calificación de 6,1 al sistema en el que se integran.
La cifra de jóvenes investigadores en España, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), ronda los 48.000, mientras que el número de científicos españoles que trabaja en el extranjero está entre 3.000 y 10.000.
Según informa Europa Press, el sistema extranjero proporciona una mejor formación a los investigadores. La satisfacción de estos jóvenes también es mayor con respecto a su carrera profesional y a los gastos que efectúan las organizaciones para la adecuada realización de la labor investigadora, aumentando la productividad fuera del territorio nacional. Los destinos preferidos son Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. En España, los jóvenes investigadores de Galicia, Cataluña y Valencia son los que más confían en el sistema de su país.
Los datos positivos vienen de la mano de las expectativas de contratación de nuevo personal investigador, a pesar de la inalterabilidad en la estructura de contratación.
Según Pedro Aceituno, autor del estudio, la precariedad laboral y la fuga de cerebros son realidades que podrían ser solucionadas mediante el fortalecimiento de las Oficinas de Transferencia de Resultados, el diseño de una adecuada carrera investigadora y la atracción de los científicos que están en el extranjero.
Para Roke Iñaki Oruezabal, de la Federación de Jóvenes Investigadores, pese a los cambios y renovación que se llevan a cabo, “los cambios son lentos y poco transparentes y no se habla demasiado del personal investigador en la fase inicial".
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